UNA VISION HISTÓRICA DEL TRABAJO A TRAVÉS DEL ESTUDIO GENEALÓGICO DE UNA FAMILIA:
LOS GUIMERÁ DE EL VENDRELL (1600-1924)
Esta comunicación va a tratar de tener una visión histórica del trabajo a partir del estudio genealógico de la familia Guimerá de EL VENDRELL.
Este estudio va a empezar en el siglo XVII hasta el final de la vida del gran poeta dramaturgo ANGEL GUIMERÁ (1845-1924).
El cambio económico de la comarca del Penedés especializada en las tareas vinícolas, va a ser el factor que más va a influir en el cambio del tipo de trabajo a lo largo de las generaciones de esta familia muy relacionada con el comercio marítimo, la emigración y la acumulación de capital.
El trabajo es el elemento fundamental tanto para la economía como para la sociedad, al ser la actividad que más tiempo absorbe en la vida del hombre dedicado a obtener un beneficio dinerario o satisfacer los servicios necesarios para transformar la naturaleza que le rodea. Por tanto, el trabajo es el factor más importante para nuestra subsistencia, mediante el mismo se consigue la producción directa de alimentos para el autoconsumo o se producen beneficios materiales al obtener una retribución monetaria para poder comprar alimentos y, como no, otros bienes materiales para hacer la vida más agradable: ropa para abrigarnos, vivienda para cobijarse, y vehículos para desplazarse. Una vez cubierta las primeras necesidades, la dinámica del consumo genera un estado de insatisfacción perpetua que continuamente nos anima a tener más posesiones. Esta necesidad superflua nos esfuerza a tener la voluntad de trabajar mejor y situarnos en una categoría profesional superior para obtener una mejora que nos permita consumir cada vez más. Para conseguir esta mejora, es por la que ascendemos de categoría dentro de la misma empresa o cambiamos de empresa, lo cual puede suponer una emigración.
De otro lado, es un afán humano el acumular riquezas, de ser más y mejor que los demás, y eso también se consigue mejorando profesionalmente o apostando por empresas particulares que en un principio se pueden definir como arriesgadas, pero que pueden generar a acumular un gran capital a corto plazo. Son bien conocidos los casos de multimillonarios que son propietarios de grandes empresas y que empezaron repartiendo prensa por la calle o trabajando en la cocina de un restaurante.
También existen casos de familias que la mejora profesional, por tanto, la acumulación de riquezas, se ha producido a lo largo de varias generaciones. Este es el caso de los GUIMERÁ de El Vendrell (Tarragona), el primero de ellos que se tiene constancia, era un campesino que llegó a la ciudad al principio del siglo XVII y sus descendientes van a ir mejorando económicamente en las actividades relacionadas con la especialización vinícola del Penedés. El comercio marítimo va a influir a la emigración de algunos miembros de la familia. El último Guimerá que estudia esta comunicación, va a cambiar radicalmente y desligarse de las actividades relacionadas con el comercio del vino; va a ser el gran poeta y dramaturgo de la lengua catalana del Renacimiento de la segunda mitad del siglo XIX: Ángel Guimerá y Jorge (1845-1924).
Este estudio genealógico del trabajo se basa sobre todo en la investigación que realizó Josep Miracle para explicar como uno de los grandes recuperadores de la lengua catalana era canario y no catalán de nacimiento, ya que en biografías anteriores se trata de ocultar su origen diciendo que sus padres se detuvieron en Santa Cruz de Tenerife durante un viaje yendo o retornando de América. Por tanto, Ángel Guimerá nació en las Canarias debido a las emigraciones de sus antepasados que fueron a buscar fortuna a medio camino de las Américas.
El estudio de familias tiene una larga tradición en las ciencias sociales. Desde la Geografía y más concretamente de la Geografía Urbana, se estudia las familias para explicar la movilidad social, tema que tanta importancia va a tener en la investigación sociológica de la escuela de Chicago en los años treinta del siglo XX, para demostrar que la ciudad es el lugar donde los individuos y las familias se mueven de una posición social a otra.
Recientemente en Cataluña se han publicado trabajos muy interesantes en este sentido.
Seguidamente las líneas de este trabajo se va a centrar en la historia concreta de los Guimerá que se especializaron en la comarca vinícola del Penedés a lo largo del siglo XVIII y la investigación que se sigue actualmente sobre los registros del Puerto de Sant Salvador (barrio marítimo de El Vendrell) que va a tener gran importancia en el siglo XIX.
De otro lado, en las conclusiones aparece el apellido Guimerá en los registros portuarios entre los años 1812 y 1819, con una reactivación económica de la familia después de un periodo de crisis gracias a las emigraciones, a la vez que comprende el estudio genealógico dentro de la movilidad social que antes he citado.
A continuación expongo la historia genealógica y los cambios de trabajo de los Guimerá de El Vendrell.
Para tener un punto de referencia y seguir una línea cronológica, indico la relación de parentesco del protagonista de cada época respecto al Guimerá escritor.
LA LLEGADA DEL NUEVO CAMPESINO (SIGLO XVII)
La primera referencia de un Guimerá en El Vendrell se encuentra en los libros de Matrimonio que dice textualmente “A 22 de mayo de 1605, yo Damián Vidal, Rector, he casado a Antoni Guimerá, de Castelldefels, con Ángela, doncella, hija de Francisco Vidal (Miracle 1958) “.
Se trataba, pues, de un jornalero campesino nacido en Castelldefels que llegó a El Vendrell a principios del siglo XVII, seguramente para mejorar su situación económica y social, y encontrar una mujer joven con quien casarse y tener descendencia. Sus descendientes más inmediatos van a seguir siendo campesinos: Joan Guimerá i Vidal, Pere Joan Guimerá i Stretta, Joaquim Guimerá i Saumoy y Agustín Guimerá i Canyelles.
El primer cambio del tipo de trabajo se va a producir con el bisabuelo del escritor, Agustín Guimerá i Vidal.
EL BISABUELO TONELERO (1754-1809)
En el siglo XVIII se va a introducir en El Vendrell el cultivo de la viña a gran escala siguiendo el proceso de especialización vinícola de la comarca del Penedés. A partir del Real Decreto de Carlos III de 1778, que va a permitir a los catalanes el comercio libre con ‘America, la producción de aguardiente va ser espectacular y va adquirir gran importancia los toneleros y las destilerías para producir aguardiente. Además, la plaza de San Salvador se va a convertir en uno de los principales puertos de exportación del aguardiente que se va acentuar con la Guerra del Francés (Independencia), ya que los puertos de Tarragona y Vilanova van a quedar asediados.
En este contexto, Agustín Guimerá i Vidal, nacido en 1754, eligió el oficio de tonelero mientras su hermano Pau va a seguir siendo campesino como sus abuelos. Como la casa de sus padres quedó pequeña por la boda de su hermano mayor, y él también quería casarse, Agustín va a buscar una casa nueva que le permita ejercer la profesión que había elegido. En pleno festejo llegó una gran noticia: En el barrio de la Barceloneta de El Vendrell había una casa con unos terrenos que se vendían. Se trataba de Cal Ximet, una casa solariega con bajo, piso, desván y una amplia galería en la parte de atrás que en su día se convertirá en la Casa Museo Ángel Guimerá.
Tanto Agustín como su hermano Pau se van a poner en contacto con el marido de la propietaria, la vendrellana María Gertrudis de Serrat i Trillas que era la mujer de nada más el Cónsul de Francia en Barcelona, M Jean Babtiste Aubert. En 1778 se realiza la escritura donde Agustín se queda con la casa y su hermano Pau sería el propietario de los terrenos vecinos. Un año después Agustín Guimerá se va a casar con la hija de un tonelero, Josepa Ramón.
La demanda de toneles supera la capacidad de producción y, por tanto, el negocio le va muy bien al joven Agustín. El gran número de fabricantes de vino y aguardiente que se establecieron en El Vendrell, necesitaban cada vez más toneles, independientemente si se vendía o no su contenido en América.
Por tanto, era más seguro el negocio de hacer toneles que producir aguardiente. Aquí tenemos la explicación del porqué Agustín no se convierte en productor de aguardiente pero en cambio va a continuar con la tradición campesina de la familia y va a compaginar el oficio de tonelero con el del cultivo de la viña y producción de vino.
EL ABUELO QUE VA A CONSTRUIR UN ALMACÉN EN LA PLAYA DE SAN SALVADOR DE EL VENDRELL (1784-1826)
Salvador Guimerá i Ramón, nacido en 1784, va a continuar con el oficio de tonelero. En 1810 se va a casar con María Fonts i Rubió, hija de campesinos.
Con este casamiento la posición económica de Cal Ximet va a reforzarse gracias a la dote de la novia, lo cual va a permitir la ampliación de la propiedad de los terrenos con viñas, algarrobos y olivos. Esta inyección económica va a permitir la construcción de un almacén en la playa de Sant Salvador, en el solar que había comprado su padre, para dar cobijo a la madera y a los aros de hierro que recibía, vía marítima, para fabricar los toneles y guardarlos hasta el momento de embarcarlos en los buques que se lo llevaban. De esta forma podemos encontrar la aparición del nombre de Salvador Guimerá en los registros portuarios de Sant Salvador que se hallan depositados en la Biblioteca de Calafell(Tarragona) y que son objetos de investigación para realizar esta comunicación. Hoy en día, aquel almacén se ha convertido en una casa de veraneo.
En 1822, Salvador Guimerá enferma gravemente y va a dejar a Cal Ximet en una situación muy complicada, sobre todo en la continuidad de la producción de toneles, ya que su madre, Josepa Ramón, era muy mayor y sus hijos demasiados pequeños; el mayor, Agustín Guimerá i Fonts, padre del escritor, tenía solamente diez años. Todo el trabajo recaía sobre las espaldas de su mujer, María Fonts, que aún era joven, treinta y siete años, y enérgica pero los tiempos eran difíciles, después de estallar la Guerra con Francia y el futuro era inseguro debido a la inestabilidad politico_social española del siglo XIX. Sorprendentemente, Salvador Guimerá se va a recuperar y el negocio se va a salvar gracias al soporte que va a recibir de su hermano Agustín, tío del padre del escritor, que va a trasladar el apellido Guimerá a las islas Canarias.
EL TIO DEL PADRE TRASLADA EL APELLIDO GUIMERÁ A LAS ISLAS CANARIAS (1796-1874)
Agustín Guimerá i Ramón, nacido en 1796, después de haber trabajado cuatro o cinco años en Cal Ximet, tal como dispuso su padre en el testamento, hizo valer su derecho y encontró un nuevo oficio: se va hacer marinero. Se sabe que se hizo patrón de un buque y que antes de cumplir los treinta años emprende un viaje que lo traslada a Canarias, después de que su hermano Salvador se recuperase de la grave enfermedad. De hecho, no va allí por voluntad propia, sino se produce la llegada a aquellas islas por un viaje frustrado camino a América a consecuencia de la avería de su barco.
Esperando resolver el problema del barco y de la carga, se va familiarizando con el medio y en pocos años se va a convertir en el comerciante más importante de la isla de Tenerife. La primera transacción comercial va a ser la propia nave; la va a desmontar y la va a vender por piezas. De esta manera se va a convertir en el primer proveedor náutico de la isla y va a comenzar a hacer fortuna sin haber llegado a América. Posteriormente se convertirá en consignatario de buques, montará un horno de pan y se va a convertir por muchos años en el único proveedor de artículos básicos para la intendencia militar de la plaza y va abrir unos grandes almacenes donde podían comprar todos los habitantes de Tenerife.
Después de morir su madre, y por tanto, liberar las otras cláusulas del testamento de su padre, se va a casar con Jacinta Castellano, hija de un comerciante canario y de este matrimonio va a derivar la primera generación de Guimerá canarios.
En 1835 va ser elegido 2º teniente de alcalde de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Y por su capacidad en el mundo comercial llegó a ser vocal del Real Tribunal de Comercio. En definitiva, aquel muchacho que comenzó haciendo toneles en El Vendrell, que después se convirtió en marinero, va acabar siendo un puntal de la economía canaria y reunir una gran fortuna. Aún más, tendrá un papel importante en la recuperación económica de Cal Ximet después de la muerte de su hermano Salvador.
EL PADRE COMERCIANTE (1812-1879?)
Mientras Agustín Guimerá i Ramón se enriquecía en las Canarias, su hermano Salvador va a morir y su sobrino, Agustín Guimerá y Fonts, padre del escritor, con solo catorce años no podía hacerse cargo del negocio de los toneles, así que la actividad continua gracias a la confianza de algún operario. Ante esta situación, María Fonts, tres años después de la muerte de su marido, va tomar la gran decisión de confiar a su hijo a su cuñado para que hiciera fortuna en Canarias en lugar de seguir haciendo toneles en El Vendrell. Agustín Guimerá y Fonts va a entrar con buen pié en Santa Cruz en 1829 y los negocios le van a ir bastante bien. Su tío había registrado la empresa “Guimerá y Compañía” en la c/Castillo, 16 y se dedicaba a comprar y vender todos aquellos artículos que podía ser una buena operación. Allí va a conocer la que va ser su mujer y, por tanto, la madre del genio de la literatura catalana, Margarita Jorge Castellano, que era hija de un modesto tendero de comestible.
EL GRAN POETA Y DRAMATURGO DEL RENACIMIENTO (1845-1924)
Ángel Guimerá i Jorge va a nacer en Santa Cruz de Tenerife en 1845. A la edad de ocho años va a llegar a El Vendrell porque su padre se va hacer cargo del patrimonio familiar, de Cal Ximet. En esta casa va iniciar la actividad poética, primero en castellano, porque es la lengua materna, y más tarde, de la mano de su amigo vendrellano Jaime Ramón y Vidales, en catalán.
Su padre no va entender la actitud de su hijo y pensaba que no se ganaría la vida escribiendo versos. Pero su amigo Jaime Ramón lo va introducir en el movimiento del Renacimiento, que tenía la esperanza de recuperar el catalán como una lengua cultural, y en 1877 va a conseguir Ángel Guimerá el título de Maestro del Gran?(Galo) Saber en el marco de los Juegos Florales de Barcelona. Más tarde se convertirá en dramaturgo. Su obra más significativa es “Terra baixas” (Tierras bajas), una tragedia rural que ha sido traducido a multitud de lenguas y que se ha realizado versiones de ópera, Tiefland y La Catalana, y en el Cine, Marta de las tierras bajas (Lowlands).
También se va a dedicar a la política, como el tío de su padre, pero en este caso en defensa de las ideas catalanistas de la segunda mitad del siglo XIX, en el movimiento de reivindicación nacional que promulgaba el reconocimiento político, nacional y cultural de Cataluña.
Es el último Guimerá de esta comunicación, ya que después de un gran desengaño amoroso con la vendrellana María Rubió y Rabazo y con el motivo de la enfermedad de su padre, la familia se va a trasladar a Barcelona donde permanecerá soltero hasta su muerte, el año 1924.
UN PROCESO DE ASCENSIÓN SOCIAL
Si el primer Guimerá no nacido en El Vendrell, en el siglo XVII, era un simple jornalero, sus descendientes va acumular una riqueza cada vez mayor, siendo de una gran altura sobre todo a partir de Agustín Guimerá i Vidal, el que va a cambiar la tradición familiar de ser campesino para dedicarse a una profesión industrial, la fabricación de toneles, un negocio que va a ir muy bien gracias a la coyuntura económica del momento: la gran efervescencia en la producción y la comercialización de vino y aguardiente catalán como consecuencia del libre comercio con América.
Si bien el oficio de tonelero aportaba buenos beneficios económicos a la familia Guimerá, la actividad que realmente va a producir una rápida acumulación de capital va a ser el comercio.
Primero de todo, empezando por el Puerto de Sant Salvador, en realidad una playa que hacía funciones de puerto que se va a convertir en uno de los principales puertos de Cataluña exportando vino y aguardiente desde final del siglo XVIII hasta el último tercio del siglo XIX el cual la interrupción del ferrocarril va a suponer la decadencia del tráfico marítimo de cabotaje.
Como dije anteriormente, actualmente estoy haciendo una investigación en los registros portuarios del periodo comprendido entre los años 1812 y 1819, de momento he encontrado la referencia del apellido Guimerá en diferentes datos. El problema es que en la mayoría de los datos no se sabe exactamente que partida portuaria se trata, pero si se registra apariciones de los nombre Pau Guimerá y Salvador Guimerá.
El primero se trata de Pau Guimerá i Virgili (1775-¿?), el segundo hijo del hermano mayor de Agustín Guimerá i Vidal se va a quedar con las tierras vecinas d Cal Ximet. Este chico con catorce años se casó y se fue a vivir a una casa en la playa de Sant Salvador. Los productos que embarca son vino y aguardiente. Hacia 1793 va a comprar una casa situada en el Portal del Pardo al francés Francisco Aubury y que va a pasar a llamarse Can Guimerá. Un ala de esta casa estaba construida sobre los arcos de la puerta antigua de la muralla y el segundo piso de dicha casa se le llamaba “de los patrones” ya que estaba reservada para hospedaje de los patrones y altas jerarquías marítimas que hacían escala en El Vendrell. Algunos de sus hijos se van a dedicar a la marina mercante y seguramente le van a dar concejos a Agustín Guimerá i Ramón, el tío del padre de Ángel Guimerá y le van a poner en contacto con algún patrón de barco `para que le enseñe a ser marinero.
El segundo es Salvador Guimerá i Ramón, el abuelo del escritor, que va a construir un almacén en Sant Salvador para guardar la madera y los aros para fabricar toneles que enviaba por vía marítima. Los productos que se reseñan en los registros portuarios son los toneles construidos, pero también hacía vino y aguardiente. Esto último indica que los Guimerá toneleros también cultivaba las viñas.
Pero quien realmente se va a enriquecer rápida y notablemente fue Agustín Guimerá i Ramón, aquel que va a recalar de una manera casual a las Islas Canarias y que en poco tiempo se va a convertir en el gran comerciante y que llegó a ocupar cargos públicos importantes. En efecto, el buen hacer en los negocios del tío del padre de Ángel Guimerá va a ser una gran suerte para Cal Ximet, porque, después de las dificultades económicas que se produjeron tras la muerte de Salvador Guimerá i Ramón, Agustín Guimerá i Fonts llega a Santa Cruz de Tenerife a hacer fortuna junto a su pariente. No se sabe que hubiera pasado si se hubiese quedado en El Vendrell fabricando toneles, ya que la demanda de toneles era importante en aquella época, pero seguro que no habría hecho tanto dinero como hizo en las Canarias.
Esta acumulación de capital es determinante para que el joven poeta Ángel Guimerá se pueda dedicar a escribir versos en lugar de cultivar viñas, hacer toneles o dedicarse al comercio. Se comprende fácilmente porque el padre del escritor no aceptaba la actitud de su hijo, ya que sus antepasados habían trabajado duro, se habían arriesgados a nuevas empresas y habían superados obstáculos familiares, como va a ser el caso del tío canario que tuvo que cumplir cláusulas del testamento de su padre antes de poder emigrar. Aún más, Agustín Guimerá i Fonts debía estar preocupado por el mantenimiento económico de su familia, porque la historia económica de Cataluña esta hecha de casos que siguen el modelo clásico de que la primera generación crea la empresa, la segunda trabaja para mantenerla y la tercera vive de la renta y es responsable de la quiebra. Los Guimerá no van a seguir este modelo, ya que el patrimonio familiar se mantuvo después de la muerte de Ángel Guimerá. Hoy en día, se puede observar la riqueza de la familia visitando la Casa Museo de Ángel Guimerá, donde se conserva el ambiente de una Casa solariega reflejando la gran importancia que va a tener el gran poeta y dramaturgo de fama internacional, fotografías, diplomas, libros y escritos entre otros.
En definitiva, en una misma familia podemos ver la evolución histórica de los campesinos a los toneleros y comerciantes, hasta llegar al gran genio de las letras catalanas, Ángel Guimerá. Por tanto, estamos delante de un caso de movilidad social intergeneracional que con el paso de las generaciones, la familia ha ido ascendiendo en la escala social. En este sentido, y coincidiendo con lo que observa de forma general Herbert Goldhamer, la sociedad vendrellana de la mitad del siglo XVIII y XIX se puede definir como abierta e igualitaria, ya que permitía a los hijos un trabajo mejor renumerado y un ascenso social. Pero yo le daría más importancia a la decisión individual ante una sociedad que estaba en proceso de apertura entre el antiguo régimen y el Estado liberal.
Todo el contexto económico era favorable, el bisabuelo de Ángel Guimerá va a ser valiente a la hora de abrir una fábrica de toneles. Uno de los factores determinantes de la movilidad social es el empleo del padre y, por tanto, Agustín Guimerá i Vidal, toma la decisión de no sufrir las preocupaciones ni el trabajo duro de un campesino; va a preferir trabajar en un local cobijado en el que no sufriría ni frío ni calor y que no dependería de las inclemencias meteorológicas que podían afectar a las cosechas. Aún más, los toneles se colocaban en el mercado fácilmente y no había que preocuparse o sufrir si el vino y el aguardiente se vendían o no, porque el producto había que envasarlo igualmente.
De otro lado, Agustín Guimerá i Ramón no va a disfrutar de la ventajas de una “sociedad abierta” porque va a tener que cumplir la cláusula del testamento de su padre antes de embarcarse y dedicarse a la marina mercante. De buen seguro que tenía también un espíritu más aventurero que su hermano Salvador y va aprovechar la coyuntura de que el comercio marítimo va adquirir la misma importancia que las cepas, el vino, el aguardiente que a pesar de las dificultades del país enriquecía a los vendrellanos. Además, sus aspiraciones de conocer mundo encontraron apoyo en su primo Pau Guimerá i Virgili que se dedicaba al comercio marítimo y estaba muy bien relacionado con los patrones de barcos.
También hay que reconocer su espíritu emprendedor, ya que no se va hundir cuando llega con un “naufragio” a Santa Cruz de Tenerife, sino que se va a convertir en una de las figuras más importante de la ciudad. Es por ello que este Guimerá es un ejemplo claro en que la movilidad social hace un ascenso individual: va a comenzar como tonelero para convertirse en marinero y finalmente va acabar como un comerciante que va tener gran importancia hasta el punto de ocupar uno de los puestos que tomaban las decisiones en los círculos políticos y mercantiles de la Isla de Tenerife. Y esta decisión personal va a ser determinante para que los Guimerá de Cal Ximet se recuperaran del bache económico que va a suponer la muerte de su hermano Salvador y evitar el descenso de la familia en la escala social.
Otro factor que determina la movilidad social es la inteligencia individual. Ángel Guimerá va a demostrar desde muy joven la habilidad poética en la lengua materna, el castellano. Más adelante va aprender a escribir en catalán y va a conseguir importantes premios en la poesía de esta lengua. En concreto va a ser nombrado Maestro en Gai Saber en los juegos Florales de Barcelona en 1877 por haber conseguido los tres premios del certamen: fe, patria y amor.
Aparte de ser un gran poeta, también se va a convertir en un gran dramaturgo. Vemos aquí que de una familia de campesinos, que después se pasaron a toneleros y comerciantes va surgir el gran escritor que en Barcelona se va a relacionar con las más altas esferas de la cultura y de la política catalana.
La tradición literaria tampoco le va a venir por el lado materno, ya que, según el análisis que hace Joseph Miracle en la biografía de Margarita Jorge Castellano, la madre de Ángel Guimerá, aunque pertenecía a una buena casa de Santa Cruz de Tenerife, pasaría más horas detrás del mostrador del negocio de la familia que en la escuela.
Este detalle de la biografía se tiene en cuenta en los estudios recientes de movilidad social. Sherry Olson, en una comunicación publicada en los estudios comparativos del comportamiento urbano entre Montreal y Barcelona que ha tenido lugar en mayo de 1997 en la Universidad de Barcelona, explica que una de la metodología que sirve para detectar movilidad social es el análisis de una gran colección de biografías.
Así, en el estudio de familias de Montreal del siglo XIX, se va encontrar el caso de Luis José Beauchamp que hasta los treinta y siete años se encontraba en una posición media-alta, no va a mejorar. Según Olson la compañía “Brochan” ha encontrado diversos documentos relacionados con la vida laboral y cotidiana del Sr. Beauchamp, señalando la distinción y evidencia de su ascensión social.
En este caso se ha seguido la vida de una persona, pero seguramente si la única información que hubiésemos tenido de los miembros de la familia Guimerá que hemos estado citando en esta comunicación, no fueran de varias personas, llegaríamos igualmente a la conclusión que entre el primero y el último ha habido un cambio social y que este cambio se ha debido a una mejora en el tipo de trabajo.
Actualmente en El Vendrell llegan un gran número de emigrantes de África y América Latina que quieren mejorar su situación del trabajo que tenían en su lugar de origen; igual que Antoni Guimerá del siglo XVII. Personalmente creo que en un futuro no muy lejano, las condiciones sociales actuales que permiten y obligan a que todos reciban una educación y que con el paso del tiempo se irá aceptando la convivencia de personas de otras culturas,
Algunos de los descendientes de los emigrantes que hoy día están situados en un nivel social bajo, llegaran a ocupar posiciones de responsabilidad económica y política como ocurrió a Agustín Guimerá i Ramón en Santa Cruz de Tenerife. Y por qué no, con la política de integración y de inmersión lingüística, y la de casamientos interétnicos, puede que salga un escritor de lengua catalana llamada Mohamed de la misma categoría que Ángel Guimerá. Estas opiniones personales pueden parecer poco creíbles, pero la historia reciente ha demostrado como nombres importantes descendientes de seso emigrantes que llegaron a mitad del siglo XX procedentes del sur de España con poco más que una maleta y el dinero justo para pagar una pensión, en el mejor de los casos, hoy son empresarios y ocupan una serie de consejalías y alcaldías en los plenos de los Ayuntamientos. Además, ya se ha empezado a notar un cambio social entre los emigrantes actuales. Hasta hace poco tiempo, los magrebí es conducían coches de segunda mano y modelos de marcas “baratas”. En cambio, ahora cada vez más se ven magrebí es con coches último modelo. Así que se trata de una mejora laboral. Se puede decir que ya no ocupan un puesto de trabajo sin contrato y con salario mínimo interprofesional, ya que para acceder a una financiación para la compra de un vehículo hay que presentar una garantía de estabilidad laboral y una nómina oficial.
Tendremos que dejar que pase el tiempo para ver hacia donde decanta la movilidad social de la emigración extranjera reciente, pero el caso del ejemplo de los Guimerá del Vendrell viene a demostrar que todo es posible en la decisión individual de una familia o de un grupo social determinado que asciende y ocupa lugares importantes en la compleja red que forma la sociedad.